Dave Brubeck fue uno de los
músicos más activos y populares, tanto en el jazz y el mundo clásico. Con una
carrera que abarcó más de siete décadas, sus experimentos en compases impares,
contrapunto improvisado, polirritmia y politonalidad permanecen como señas de
identidad de la innovación.
Grabado el 21 de febrero de 1963, Live at Carnegie Hall conserva lo que fue probablemente el mejor
concierto de Dave Brubeck. Cuenta con Paul Desmond, el baterista Joe Morello y
Eugene Wright en el bajo, de común acuerdo la mejor encarnación de la historia
del cuarteto de Brubeck, en una sucesión de actuaciones que por momentos es conmovedora,
divertida, mágica y vibrante, por supuesto irresistible.
Irónicamente, las expectativas
originales para el concierto fueron bajas. No sólo fue el baterista Joe Morillo
ya que se recuperaba de un caso de gripe en ese momento, Nueva York había estado sufriendo de una
huelga de periódicos, y el grupo estaba preocupado de que la asistencia sería
escasa.
Las preocupaciones no tenían
fundamento: la sala estaba llena, el grupo, cuya larga historia de tocar juntos
(el miembro más reciente, el bajista Wright, se había unido a cuatro años antes).
Contaron con un notable nivel de coordinación entre todos ellos ya que muestran
un virtuosismo relajado pero potente.
Cerrando el ciclo de la
inconmensurable ‘Take Five’
Hasta siempre Dave Brubeck