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domingo, 19 de febrero de 2017

John Coltrane 1965 Kulu Sé Mama


Se concibió en la estratosfera del arte auto determinado. Se debe oír como una obra entera, de principio a fin. Simultáneamente psicodélico, espiritual, conmovedor, predicador, suplicante, enojado, aceptando lo irreversible, inquietante y curativo. Ésta es la voz de la cima de la montaña, la cúspide de la gran pirámide, el pozo de Chac el dios de la lluvia, el rayo, la piedra del filósofo, el Cáliz, un lamento y una oración.
Juno Lewis es el sacerdote pagano que nos invita a disfrutar su plegaria alcanzando niveles insospechados, contagiado de un misticismo y una sensualidad sobrecogedora mientras el piano y los tambores alrededor de él exploran y empujan radicalmente el encanto de la melodía mientras se hace acompañar de Sanders, Garrett, Butler y Lewis para que el círculo se cierre de una manera perfecta
La belleza de Kulu Sé Mama es Trane en estilos de formas libres, pero está suficientemente estructurado para evitar descarrilar completamente en un caos atonal y sin medir las consecuencias que pudiera tener.
No hay suficientes palabras para definir esta obra maestra solamente sumergirnos en ella infinidad de veces






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