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lunes, 9 de julio de 2012

14/100 Keith Jarrett 1975 The Köln Concert



Cuando uno lo escucha por primera vez, queda uno absorto, impávido, deliciosamente estúpido; la gente que se congregó en el Opera Haus en Colonia, Alemania, fueron testigos de la más grande improvisación en la historia del Jazz de la que pudo haber sido objeto.
Un milagro se generó ahí, todo un arte efímero, irrepetible. Keith se lamenta, gime, suspira, canta, llora; su piano conmueve, lo aporrea, lo acaricia; el alma se nutre de escuchar semejante belleza.
Todo fue espontáneo, etéreo; solamente cerró sus ojos y tocó, lo que siguió fue mágico. No son cuatro canciones en si, es un sólo concierto que nutre los sentimientos.
Desde la primera vez que lo escuché me enamoré de este piano, por más está decir, que es uno de mis favoritos...
Sin tanto preámbulo…













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