Cuando
uno lo escucha por primera vez, queda uno absorto, impávido, deliciosamente
estúpido; la gente que se congregó en el Opera Haus en Colonia, Alemania,
fueron testigos de la más grande improvisación en la historia del Jazz de la
que pudo haber sido objeto.
Un
milagro se generó ahí, todo un arte efímero, irrepetible. Keith se lamenta,
gime, suspira, canta, llora; su piano conmueve, lo aporrea, lo acaricia; el alma se
nutre de escuchar semejante belleza.
Todo
fue espontáneo, etéreo; solamente cerró sus ojos y tocó, lo que siguió fue
mágico. No son cuatro canciones en si, es un sólo concierto que nutre los
sentimientos.
Desde
la primera vez que lo escuché me enamoré de este piano, por más está decir, que
es uno de mis favoritos...
Sin
tanto preámbulo…
http://textsnip.com/0d7bad
ResponderEliminarHola, por favor, podrías volver a subir el link?
EliminarMuchas gracias por la música!!
Una pasada! Mil gracias!
ResponderEliminarLa ostía! muy bueno!!!
ResponderEliminarLink
ResponderEliminarhttps://gpaste.us/218c9b0a
Muchas gracias!!
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