La carrera del ‘Duke’ iba en
franco descenso, había que hacer algo para evitar que se colapsara de manera
inminente.
En la década de 1950 hubo un
envejecimiento en la orquesta de Duke
Ellington; se aseguraba que el se hundía rápidamente en las siempre cambiantes ramas de la música popular.
La aparición del Bebop, el Cool Jazz, y el Rock and Roll habían hecho
que los grandes estilos de la banda de Ellington parecieran anticuados, los músicos
jóvenes lo despreciaban ya que no era ‘cool’; la crítica lo despedazaba y su
fiel público de antaño ya no lo idolatraba como antes.
Tenía que haber un evento
descomunal que revitalizara su imagen en la estela del Jazz, y ese fue el
Festival de Jazz de Newport de 1956 el que le dio a Ellington su oportunidad de
redimirse, y él se aprovechó de la casualidad que la vida le presentaba.
El resultado: El mundo del
jazz se rindió a sus pies.
Ellington tuvo una actuación magistral que asombró a
los críticos y músicos por igual, transmitiendo a una audiencia de 7000 almas un
frenesí desenfrenado al combinar hábilmente las versiones rejuvenecidas de
normas jazzísticas antiguas con material nuevo.
Y es que, en el momento que aparece
la sensacional y excepcional ‘Diminuendo And
Crescendo In Blue’ con la que materialmente la sala se desquició por
completo, tanto, que la gente comenzó a
bailar entre los pasillos, en las butacas, donde hubiera un espacio, un
verdadero pandemonium! Iniciando este con una escultural rubia enfundada en
vestido negro de noche de la cual solo se sabe que se llamaba Elaine Anderson.
El solo de saxofón de Paul
Gonsalves será recordado como la más grande improvisación en vivo, con tan
solo, haberla ensayado un par de veces, previo al concierto, y que alcanza un
montaje supremo superior a los ¡Siete minutos! Y ese Piano! Hay que deleitarse…
De esta manera Ellington montó
las salvajes corrientes de sus detractores y demás ritmos musicales que habían estado
amenazando con ahogarlo, con opacarlo, y este a su vez lo canaliza en un
furioso torrente que barrió con la crítica, el desprecio, las burlas y la
indiferencia que había soportado durante la mayor parte de la década de 1950.
No hay mejor manera de
comenzar a amar al ‘Duke’ desde una mirada más profunda en el alma del más
grande compositor de Estados Unidos en su momento crucial de profunda
desesperación y el triunfo supremo que lo inmortalizó.
¡Genial el Duke!
Gracias :D
ResponderEliminarhttp://textsnip.com/pernhy
ResponderEliminarHola, está caído el link.
ResponderEliminarPodrías subirlo de nuevo por favor?
Gracias
Link
ResponderEliminarhttps://gpaste.us/08b949bb
Muchas gracias por compartir.
EliminarSaludos