Considerada
como una de las grabaciones más importantes de la historia del jazz. Este disco
de John Coltrane significa una síntesis de sus exploraciones preliminares y la
piedra de toque de toda la liberación musical que emprendería en los dos años y
medio de vida que le deparaba el futuro, su adicción a la heroína, su éxtasis:
bien mezquino él, por lo demás.
Grabado
a fines de 1964 en el estudio de Rudy Van Gelder en Englewood Cliffs, Nueva
Jersey junto al clásico cuarteto de Coltrane, Elvin Jones, Jimmy Garrison y
McCoy Tyner. "A Love Supreme" se convirtió en un éxito de ventas
combinando concisión y prolijidad con provocación y espiritualidad. El disco es
una plegaria de treinta minutos dividida en cuatro partes con una progresión
temática y emocional que alcanza su culminación en su conclusión.
La
Obra maestra de Coltrane, expresa algo así como un homenaje o regalo del
artista a su inspirador. Al menos así queda plasmado en sus mismas palabras:
"Como una humilde ofrenda a Él". Su
mantra perenne.
"A
Love Supreme" no es un disco fácil de entender. Contiene demasiada
moderanidad con sonidos improvisados y un manejo de estructuras que pueden
hasta sonar irritantes o desagradables en una primera oída. Sin embargo, tras
intentarlo y lograr avanzar es posible caer en la magia de su composición y ver
la fluidez tanto de sus instrumentos, como de la música que genera.
A
Love Supreme es la suite de jazz en cuatro partes que John Coltrane grabó en el
curso de una noche con el pianista McCoy Tyner, el bajista Jimmy Garrison y el
baterista Elvin Jones. Sorprendió a Coltrane en un punto culminante de su
trayectoria creativa: la cristalización de los últimos tres años como parte de
aquel famoso cuarteto, antes de virar hacia la fase final y más discutida de su
carrera con canciones de hasta cuarenta minutos como en el legendario ‘OM’.
Después
de llegar a los comercios y a las ondas radiofónicas, en febrero de 1965, menos
de dos meses después de su grabación, A Love Supreme se convirtió en un éxito
de ventas en los círculos jazzísticos, y se escuchaba tanto en los dormitorios
de los colleges como en los pisos de los guetos, en las esquinas de Harlem y de
Hight-Ashbury: un disco unificador encumbrado gracias a la oportunidad del
momento en que salió.
«A
Love Supreme llegó e influenció a toda la gente que estaba por la paz»,
recordaba Miles Davis. «Los hippies y la gente así.»
A
mediados de los sesenta, A Love Supreme destilaba los temas de la década: el amor
universal y la conciencia espiritual. «En los sesenta, estamos en la época de
las religiones orientales, la nueva espiritualidad y el Hare Krishna, y ésa era
la matriz de donde provenía Trane... y encajó perfectamente», señala el
saxofonista Archie Shepp.
A
Love Supreme nunca ha pasado de moda, y a través de los cambios, con el paso de
las décadas, desde el optimismo de cielos azules hasta la dureza del hastío, la
relevancia de la música y su mensaje han permanecido constantes. «Sé que hay
mucha gente que ni tan sólo quiere escuchar música de cinco, cuatro años
atrás», comenta Alice Coltrane. «Pero A Love Supreme tiene un espíritu de
renovación propio... es intemporal, es eterno»
La
única presentación en vivo de A Love Supreme fue el 26 de Julio de 1965 en el “Festival
Mondial du Jazz Antibes, Juan-les-Pins”, Francia, lanzado a la venta en paquete doble con el título 'A Love Supreme: De Luxe Edition"
Los
guitarristas John McLaughlin y Carlos Santana han acreditado cada uno el álbum
como uno de sus mayores influencias tempranas.
Un
disco recomendado, especialmente para aquellos que buscan saber la inspiración
de la música maestra y sin letras, y que yo le hubiera dado el #1, pero el
librito dice que no. Por supuesto, mi favorito.